“Excelente maestro es aquel que,
enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender.” Arturo Graf (1848-1913) Escritor y
poeta italiano.
Cuántos de nosotros
recordamos con cariño aquel maestro/a que en su día nos tendió su mano, nos
ayudó, nos escuchó o simplemente nos mostró cariño. La labor del docente no se
basa , únicamente, en ayudar al desarrollo de la inteligencia cognitiva; es
importante no olvidar la inteligencia emocional. Los maestros tenemos, hoy en
día una gran influencia sobre nuestros alumnos, somos modelos a seguir. No hay día que alguno de ellos no se fije
en nuestra forma de vestir, en si nos hemos cortado el pelo, en el color de
nuestras uñas…Si eso les llama la atención, cuanto más se la llamará nuestra
manera de tratarlos. Si les pedimos respeto, comprensión, esfuerzo, entusiasmo…
somos los primeros que debemos ofrecérselo. Un maestro/a que imparte sus clases
imponiendo sus criterios, que no admite opiniones, que se muestra desmotivado
va a transmitir ese mismo efecto a sus alumnos y posiblemente perderán todo el
interés hacia él y hacia su asignatura. Es fundamental la vía relacional de
influencia que el maestro/a ejerce a
través de su personalidad y su manera de relacionarse con los alumnos.
Fundamental en todos los niveles del sistema educativo; ya que ambas, la
técnica y la relacional, son complementarias para la adquisición de conceptos,
procedimientos y actitudes, valores y normas que ayuden al alumno en su
desarrollo personal y emocional. Aunque, a veces, resulte costoso o difícil,
debemos atender la singularidad de cada alumno, cubrir los objetivos
curriculares y tener en cuenta el resto de dimensiones del ser humano.
Por todo ello, como maestros,
debemos tener en presente:
- La relevancia de nuestro papel como modelo para el alumno.
- Nuestra relación con los alumnos ayudan a la mejora de las expectativas de ambos.
- Debemos crear un ambiente cálido y acogedor en el que los alumnos se sientan seguros y en el que se atiendan sus necesidades.
- Iprescindible ayudarles a crear una imagen positiva de sí mismos. Reforzándoles y generando expectativas de logro adecuadas para que se sientan aceptados.
- Importante respetar el ritmo de adaptación y aprendizaje de cada uno.
- Lo que nosotros les demos, es lo que vamos a recibir de ellos.
No debemos
olvidar lo que tenemos en nuestras manos. De
nosotros dependerá, en gran parte, no sólo su futuro sino su manera de ver y
vivir la vida.
Os dejo con
esta “Carta de un alumno a su profesor”, sacada de youtube
Dibujos de Rocío Sánchez
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